“Cuando un huracán tiene potencia sólo Dios sabe frenarlo”, dice Florentino Balam Chalé, locatario del tianguis de frutas y verduras “Víctor Cervera Pacheco”.
Florentino será uno de los pocos que se quedarán en el lugar durante el paso del huracán “Beryl”.
No es la primera vez que el vendedor, originario de Muna, pasa una tormenta en el tianguis. Lo mismo hizo cuando pasaron “Gilberto” e “Isidoro” en 1988 y 2002, respectivamente.
Con “Gilberto” se resguardó en el baño, recuerda. “Ahora que tenemos un mejor baño, pues mejor”.
Situado detrás de la Casa del Pueblo, el tianguis nunca cierra y durante el paso de ciclones algunos resguardan sus productos en bodegas, la gran mayoría sólo los cubren con lonas.
“Así como lo ve ahorita, así se queda. No se guarda porque son cosas muy pesadas”, dice Florentino, quien ya está mentalizado a permanecer en el lugar durante el paso de “Beryl”.
El locatario dice que no cualquiera se atreve a pasar el huracán en el tianguis. “En lo particular me gusta; además, es para vigilar el producto”.
No recuerda muy bien si pasó con “Gilberto” o “Isidoro”, pero un muro se desplomó. “Vi cuando se iba a caer. Les dije (a los que se quedaron con él en el tianguis) que se estaba meciendo, y me decían: qué fumé. No me creían, pero a los pocos minutos se cayó”.
Florentino supone que después del paso de “Beryl” probablemente haya escasez de algunos productos.
“Podría haber escasez, porque (el ciclón) tumbará muchos árboles. Ahorita, estamos llevando chin… con la papaya, primero por la sequía y luego por la humedad”, dice.
Pedro Novelo, quien también ya lleva muchos años trabajando en el tianguis, corrobora que el lugar no cerrará y que las frutas se quedan en su sitio, pues es tanta que da trabajo resguardar toda.
“Esto (el tianguis) nunca se cierra. Cuando hubo la pandemia nunca se cerró, se mantendrá así, la fruta se queda aquí. Toda la gente se va, pero la fruta se queda y no el mercado tampoco se cierra”.
Pedro dice que lo más que harán con la fruta es juntarlas en cajas en un solo sitio, de manera que quede como un bulto compacto, y cubrirlo con una lona.
Si bien hay frutas a las que la lluvia no afecta tanto, como la sandía, otras como la papaya y la piña sí pueden echarse a perder, precisa.
Al igual que Florentino, Pedro estuvo en el tianguis durante el paso de los huracanes “Gilberto” e “Isidoro”.
“Con ‘Isidoro’ me quedé dentro de mi camioneta, allí nos zarandeó el viento. En ese entonces el tianguis no tenía techo”.
Pedro exhorta a las personas a prevenirse, sobre todo a aquellas que nunca han vivido un huracán. “Hay gente que no sabe (sobre huracanes) y dice que vengan; pero no, no saben la magnitud porque nunca lo han vivido”.— IVÁN CANUL EK
De un vistazo
Traslado de productos
Quien no piensa quedarse es Daniela Ek, cuyo puesto queda afuera del tinglado principal. Tampoco dejará su mercancía: llevará a su casa sus 30 kilos de habanero, 100 de xkatik y 50 de chile dulce.
Alza de precios
La joven opina que después del huracán subiría el precio de algunos productos, pues viene un período de escasez.
