TIZIMÍN.— Con cartón, madera, papel, pintura y sobre todo, creatividad, cada diciembre el maestro jubilado Carlos Martín Monforte Contreras convierte su hogar en una representación que rememora al pueblo de Belén, una tradición que ha mantenido viva por dos décadas y que se ha vuelto un atractivo únicamente para sus vecinos.
Este año el profesor retirado decidió enfocar su trabajo en la temática de los nacimientos, con la elaboración de varios pesebres de distintos tamaños, todos montados dentro de su vivienda.
Debajo de la estructura principal hay mesas y sillas, que son la base, sobre las cuales se colocan los materiales reciclados que dan forma al enorme nacimiento.

“Le pongo todo mi empeño, cariño, tiempo y atención, comienzo a trabajarlo desde septiembre y voy seleccionando los materiales que voy a utilizar”, relata Monforte Contreras, quien en ocasiones recibe el apoyo de su hijo o de su madre, aunque la mayor parte de la labor la realiza él mismo.
Entre las figuras que conforman el nacimiento principal destacan algunas con más de 70 años de antigüedad, piezas que forman parte de su historia familiar y que conviven con las estructuras que él mismo fabrica cada año, como casitas y escenarios que cambian de estilo en cada temporada.
“Es cuestión de trabajo y de gusto, fui maestro de bachiller y siempre me ha gustado hacerlo”, comenta.

Su madre elaboraba un nacimiento modesto, recuerda; sin embargo, con el paso del tiempo él comenzó a darle nuevas formas, hacerlo más grande y detallado, hasta convertirlo en la tradición que hoy caracteriza su hogar.
Cada año, asegura, busca “innovar sin perder la esencia, siempre le pongo un toque diferente, otro estilo, pero todo dentro de mi casa”.

Son principalmente los vecinos quienes acuden a ver el pesebre y a conocer la temática que presenta en cada temporada decembrina, atraídos por el ingenio y dedicación que se reflejan en cada rincón.
Monforte Contreras es originario del puerto de San Felipe, pero desde hace varios años radica en Tizimín junto con su familia, donde su nacimiento se ha convertido en una muestra de fe, tradición y creatividad que enriquece el ambiente navideño de su hogar y su creencia religiosa.

